lunes, 3 de junio de 2013

Sobrevivir entre los fogones

Desde pequeño siempre he estado metido en una cocina desde ayudando a mi Yaya, a mi tía Lola, a mi madre, en definitiva siempre que he tenido una oportunidad, la he aprovechado, ya que he de reconocer que me gusta comer y saber que como, que hoy en día se ha convertido para mí casi una obsesión. Además tanto yo como mis hermanos hemos recibido un sabio consejo de mi madre, “Que aprendamos a ser autosuficientes y nunca depender de nadie” y en lo que respecta a la cocina “Si quieres comer algo en concreto, apréndelo a hacerlo tú mismo” y en eso he estado estos tres años, buscando la forma de reciclarme, ya que mi profesión anterior era de delineante, pero como todos ya conocen, la burbuja explotó y se llevó por delante todo lo que pudo y más. Como las grúas se pararon y no tenía viso de que se fuera a levantar el negocio de la construcción, después de un tiempo de pensar que era lo mejor para mí en ese momento, me decanté por dar un giro radical a mi vida profesional, siempre sin olvidar mis orígenes. Decidí hacer un curso de cocina, yo ya sabía que el mundo de la restauración era duro, no es como en la televisión donde casi siempre son afamados cocineros que en un momento prepararan un rico y apetitoso plato. Pero la verdad no sabía que después del esfuerzo de volver a coger los libros y sacar el curso adelante, la cosa fuera aún más dura, y con ello no me estoy refiriendo a la dureza del trabajo, si no a la dureza de que alguien confíe en ti. Hoy en día las empresas buscan gente formada con experiencia demostrable, en lo que se refiere a mi caso, en el mundo de la hostelería como voy a coger experiencia si nadie te da una oportunidad, oportunidad de que lo que has estudiado para reciclarte e intentar volver al mundo laboral, daba sus frutos. Pues mi árbol de momento ha decidido no dar frutos. Los dos amagos de que mi árbol llegara a buen puerto fueron frustrados, en el primero me dijeron que no encajaba en la empresa y que no era lo que estaban buscando, duré cuatro días, y en el segundo caso, a los cinco días fui sustituido por un lavavajillas, la verdad no me sentó muy bien, después de todo lo que me habían contado que iban a hacer ahora que llegaba la ayuda a la cocina. En lo que si tengo que ser agradecido es que el trato en los dos casos ha sido impecable, ya que reconozco lo malo también he de reconocer lo bueno. Yo el único reproche que tengo es que en ese corto periodo de tiempo me parece imposible evaluar el trabajo de una persona, no llegando a comprender que a la hora de prescindir de mi, todo ha sido buenas palabras hacia mi forma de trabajar, empezando por la limpieza y mi actitud. También he de reconocer que en algunos momentos se quejaron de lentitud, pero como digo yo, la velocidad y la experiencia se va adquiriendo día a día en el trabajo a desempeñar. Yo personalmente veo esto como un círculo vicioso a la cual no le veo solución ya que si no hay oportunidad no hay forma de adquirir una experiencia demostrable.









Al poco de dejar mi antiguo trabajo y no saber aún que hacer, una prima mía, me dijo que porque no me hacía un blog de cocina, ya que ese mundo me gustaba y así fue como gestó la idea. Después de dar muchas vueltas a un nombre y decidir qué imagen quería darle, vio la luz, La Vergüenza Quedó Tras La Puerta, la verdad es que no me puedo quejar de la acogida, yo no esperaba que fuera a ser tanta y ahí sigue funcionando con sus altibajos, últimamente más bajos que altos pero ahí sigue. También por una casualidad del destino me he convertido en un aventajado alumno en el mundo de las cupcakes, tan de moda en estos tiempos. Un día recibí una llamada de la que iba a ser mi cuñada, me preguntó que si yo le hacía la tarta de la boda, ya que a ellos les hacía mucha ilusión que fuera yo, al principio me entró pánico, yo había realizado mi curso de cocina y tenía idea de cocinar, pero el mundo de la repostería era desconocido para mí. En definitiva después de un pequeño tira y afloja, llegamos a un acuerdo, yo iba a probar si no lo veía apto pues abandonábamos el proyecto. Además de la responsabilidad que es tener que hacer la tarta, que es el recuerdo que se llevan los novios, tenía el hándicap añadido de que  la mayoría de los comensales del banquete iba a ser familiares y amigos. Tuve un par de meses para probar y la verdad que la cosa salió muchísimo mejor de lo que esperaba, después de unas cuantas pruebas como hace todo el mundo, alcance a construir mis recetas, recetas que se elaboraron para la boda y salió a pedir de boca. Las cupcakes gustaron mucho, gente que ya las había comido por otras partes del mundo, que como esas ningunas, incluso al jefe de cocina del hotel donde se celebró la boda le encantaron. Decir que en el hotel se portaron muy bien conmigo, con la ayuda de una tía mía fueron decoradas en las entrañas de su cocina.  Después de eso las he repetido un par de veces, una vez para el cumpleaños de mi cuñado, donde se prepararon unas minis cupcakes y hace pocs días para el cumpleaños de mi sobrina y ellos querían que de nuevo la tarta fuera preparada por mí, esta vez con la ayuda de mi cuñada. Al igual que la boda todo salió a pedir de boca.








Con todo esto lo que quiero decir es que hay que dar oportunidades a la gente, yo últimamente me encuentro un poco decepcionado por ver que a pesar de haberte reciclado en un mundo tan diferente al tuyo, nadie confía en ti para volver al mundo laboral. Cuando vas a una entrevista de trabajo y entregas el currículum, te dicen que ya te llamarán, pero al final nadie llama. Ya estoy cansado de repetirlo, seguro que llaman, es que en mi humilde opinión, creo que no cuesta nada llamar, ya sea para bien o para mal, mejor para bien, pero si llamas la imagen que das es otra y no dejas tocada a la persona que opta por un puesto de trabajo. En este caso para mí es un trabajo muy especial ya que considero que no hay mayor muestra de cariño hacia una persona que cocinar para ella, ya que la satisfacción para el que cocina es ver que los platos vuelven vacios a la cocina.





En estos días espero volver a los fogones, aunque los fogones sean los de mi casa y a la espera de tener la oportunidad de desarrollar mis conocimientos en fogones profesionales del mundo laboral. Del mismo modo me he propuesto seguir publicando modestamente las recetas de las elaboraciones con sus fotos a modo amateur en este blog. Gracias a todos por atenderme unos minutos, leyendo estas líneas.

2 comentarios:

  1. No te desanimes, Hugo. sigo tu blog desde que tuve noticias de él hace unos meses y me parece que tienes futuro en este mundo. Ya te llegará la oportunidad y si no, espera el momento adecuado para lanzarte por tu cuenta. Siempre he pensado que en las crisis es cuando surgen las mejores oportunidades. Están funcionando muy bien los cocineros freelantz, que cocinan a domicilio, para fiestas, cumpleaños, banquetes, reuniones familiares e incluso y conozco algún caso, madres de familia que no cocinan y contratan una persona que les hace la comida de la semana y al congelador. Lo importante es que no pierdas la ilusión.
    Un abrazo

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  2. No te rindas y sigue intentandolo!! Mientras tanto, nosotros disfrutaremos de tú imaginacion y creatividad!! Bessos

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